2o. Libro de los Reyes 25. 1 a 12
Evangelio de San Mateo 8. 1 a 4
Del salmo 136
Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.
1. Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos a llorar de nostalgia; de los sauces que estaban en la orilla colgamos nuestras arpas..
2. Aquellos que cautivos nos tenían pidieron que cantáramos. Decían los opresores: «Algún cantar de Sión, alegres, cántennos».
3. Pero, ¿cómo podíamos cantar un himno al Señor en tierra extraña? ¡Que la mano derecha se me seque, si de ti, Jerusalén, yo me olvidara!
4. ¡Que se me pegue al paladar la lengua, Jerusalén, si no te recordara, o si fuera de ti, alguna otra alegría yo buscara!
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